En menos de 15 minutos, los Tigres de México sentenciaron a un dócil Real Estelí, que quedó lejos de ser el club que las pelea todas, hasta el último milisegundo del partido.
Hay formas de perder, y las del Tren del Norte la noche del 12 de febrero, fue una de esas en que el equipo deseaba que su mundo acabara, y pagaran lo irresoluto en todas las facetas del partido.
Puede leer: Nicaragua gana a Belice
El volcán, la casa de los Tigres en el corazón del campus de la Universidad Autónoma de Nuevo León, fue una monstruosa lápida con más de 20 mil adentro que amordazó las piernas, la razón y el ímpetu norteño mostrado en torneos anteriores de la Concachampion.
Bonilla y Medina
Los felinos con lo indispensable, ganaron un desafío en el que el marcaje a Byron Bonilla y Harold Medina, sentenció el partido, en el que no hubo ni siquiera una amenaza de gol en las puertas del portero felino, sin Bonilla ni Medina, no hay por donde, y eso lo sabían los mexicanos.
Los goles de Osiel Herrera, Diego Laínez y Juan Vigón fue suficiente y fácil, para contrarrestar el 1-0 conseguido en casa por el Tren del Norte.
Puede interesar: Olivas: «Atacar para ganar» en México
De esta forma los Tigres pasan a los octavos del torneo y los norteños regresan a casa, con ese trago amargo de no ser capaces de mostrar algo decente en el volcán universitario.
