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“El fracaso me empujó a la victoria”. Esa frase resume el espíritu y la determinación de Vanessa Isabel Wheelock Caldera, una joven atleta nicaragüense de apenas 14 años, estudiante de segundo año de secundaria y orgullosa integrante de la Franquicia Jaguares UAM, que ya comienza a escribir su nombre en la historia del atletismo nacional.
Vanessa conquistó la medalla de oro en la prueba Combinada de Velocidad, sumando 2,442 puntos, registro que la convirtió en la nueva dueña del récord nacional en el 2025, superando la marca anterior de 2,386 puntos, establecida por Shelly Reyes durante el Centroamericano de Atletismo U13 y U15, realizado el 30 de noviembre y 1 de diciembre de 2024 en Managua.
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Aquel día fue inolvidable para la joven atleta. Cada prueba concluida la celebraba entre lágrimas de emoción, consciente de que cada esfuerzo era un peldaño más hacia su gran sueño: llegar a ser campeona centroamericana en atletismo. “Es el resultado de mucho trabajo en la pista”, expresó con sinceridad.
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De la gimnasia al atletismo: una decisión valiente
Antes de brillar en las pistas, Vanessa tuvo una exitosa etapa en la gimnasia olímpica, deporte en el que acumuló un impresionante palmarés: 32 medallas de oro, 24 de plata y 10 de bronce, además de proclamarse campeona centroamericana en tres ocasiones dentro de su categoría.
Sin embargo, a los 12 años, tomó una de las decisiones más difíciles de su corta, pero intensa carrera deportiva.
“Sentía muchísima presión de mí misma. Sentía que siempre tenía que ser perfecta y eso me afectaba muchísimo mentalmente”, confesó. A esto se sumaron lesiones, especialmente en la espalda, que le provocaban constantes dolores y limitaron su bienestar.
Por recomendación de su profesor de educación física y el apoyo incondicional de su mamá, Vanessa decidió probar suerte en el atletismo, aunque al inicio no le gustaba.
“Al inicio me fue mal, perdía en todas las pruebas, rozaba las vallas, me golpeaba y odiaba eso”, recordó.
Jaguares UAM: el punto de inflexión
El verdadero cambio llegó cuando pasó a formar parte de la Franquicia Jaguares UAM, bajo la guía del entrenador Sergio Pupo. Allí, Vanessa no solo encontró un nuevo rumbo deportivo, sino también una familia. La confianza, el acompañamiento y el trabajo constante comenzaron a dar frutos.
En 2024, logró primeros lugares a nivel nacional en pruebas de salto y terceros lugares en velocidad, confirmando que el talento estaba ahí, solo necesitaba tiempo, paciencia y convicción.
“Me dije a mí misma: voy a seguir. Perder me motivó a continuar mejorando hasta lograr mi sueño de ser campeona centroamericana”, afirmó con madurez.
Sueños grandes, metas claras
Hoy, Vanessa Wheelock mira al futuro con ambición y los pies bien puestos sobre la pista.
“Mi meta es seguir mejorando, enfocarme y trabajar para mejorar en mis pruebas y llegar a las Olimpiadas”, aseguró.
Con un mensaje claro para quienes sueñan con triunfar en el deporte, la joven atleta dejó una reflexión que define su carácter:
“Todo el que tenga deseo de triunfar debe esforzarse y dar más en los entrenamientos para lograr su sueño”.
Vanessa Isabel Wheelock Caldera es prueba viva de que el fracaso no es el final, sino el impulso que puede llevar a la victoria. Una promesa del atletismo nicaragüense que apenas comienza a correr su propia historia.
